viernes, 22 de julio de 2011

PROS Y CONTRAS DE LA DISPERSIÓN

Una montaña de servilletas garabateadas en lápiz. Las primeras páginas de los libros, aquellos libros que fertilizan las ideas, llenas, llenas de anotaciones. Una pizarra en la pared, alardeando planes a medio cumplir, sobre cicatrices de planes incumplidos y borroneados, o borrosamente cumplidos.
Siempre sueño con el día en que pueda sentarme a organizar todo ese material, descartar tranquilamente lo que sea basura y confeccionar una lista, definitiva, con las ideas que realmente sean válidas y realizables. Pero cuando el día que quiero que llegue llega, sutilmente se convierte en otro día más donde anotar garabatos en lápiz sobre servilletas, donde llenar de anotaciones la primera página del algún libro, donde borrar de la vista las promesas incumplidas de la pizarra, y llenarla de otras promesas que tampoco se cumplirán.
Todo esto es una bola de nieve que no voy a poder detener nunca. No sé si festejarlo o lamentarlo, quizás un poco de las dos, quizás un poco de ninguna.

3 comentarios:

  1. quiza justamente la vida es eso. Son anotaciones en una servilleta que se la lleva el viento. Entonces por que preocuparse tanto?

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  2. "Uno de mis defectos principales es la dispersión, la imposibilidad de concentrar duraderamente mi interés, mi inteligencia y mis energías en algo determinado. Las fronteras entre el objeto de mi actividad del momento y lo que me rodea son demasiado elásticas y por ellas se filtran llamados, tentaciones, que me desplazan de una tarea a otra. Durante varios días estuve leyendo diarios íntimos femeninos, creyendo que por este camino iba a llegar a algún lugar, pero de pronto me desvié hacia los memorialistas franceses del siglo XVIII y esto también lo deje para precipitarme sobre los OVNIS, tema que creía haber agotado hace semanas, pero que al azar de una lectura de periódico, regresa a mi y me sumerge en lecturas agobiantes, que seguramente abandonare en cualquier momento por la historia antigua, la alquimia o la antropología. Victima soy, me doy cuenta, de la facilidad que existe ahora para informarse: libros de bolsillo, revistas de divulgación, manuales al alcance de todos, nos dan la impresión falaz de ser los hombres de un nuevo Renacimiento, Erasmos enanos, capaces de enterarse de todo en obras de pacotilla, compradas a precio de supermercado. Error que es necesario enmendar, pues hace tiempo sé, pero siempre lo olvido, que la información no tiene ningún sentido si no esta gobernada por la formación."

    Prosas apátridas – Julio Ramón Ribeyro

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