martes, 22 de marzo de 2011

LA EDAD DE LOS ¿POR QUÉ?


Dicen que es imposible doblar un papel más de siete veces. Yo propongo una teoría similar: que es imposible que alguna de nuestras “certezas” sobreviva a más de siete cuestionamientos.

Las religiones o los “pensamientos mágicos” suelen escapar de un cuestionamiento mediante el uso desvergonzado de la lógica circular. Cuando llega la pregunta del jaque mate, simplemente responden: porque sí. Y este jaque mate llega pronto, a la tercera o cuarta jugada ya deben recurrir a su infaltable lógica circular que, más que hacerles ganar la partida, acaba anulando la seriedad del ejercicio. La filosofía y la ciencia (sobre todo esta segunda) pueden sobrevivir algunos embates más, y por eso se las considera más serias, o menos risibles. Pero uno no puede declararse inmortal sólo por haber pospuesto un poco la muerte. Tarde o temprano, las verdades que suponemos acaban desintegrándose entre la avalancha de preguntas.

Cuando nos fastidiamos ante un chico que está en la edad de los porqués, ¿no nos estará en realidad molestando que una “torpe criatura” exponga tan crudamente nuestra ignorancia? ¿Qué tienen de infantil esos profundos cuestionamientos? ¿No debería ser considerada, al contrario, la actitud más seria del mundo? ¿Por qué no seguimos cuestionando, en plena adultez, con esa tenacidad y esa sed? Quizás esta pregunta sea el primer paso para volver a desatar la tan necesaria bola de nieve.

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